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Bitcoin: una respuesta utópica al capitalismo de pesadilla
Recientemente encontré esta pieza, “Bitcoin: reflejo utópico de una pesadilla capitalista” en Marxist.com. Al leerlo, me sentí profundamente entristecido de que los compañeros en la lucha contra el capitalismo pudieran estar tan engañados respecto a los hechos de lo que Bitcoin es y cómo es que es la herramienta más poderosa que hemos tenido para combatir el capitalismo. Lamentablemente, el autor carecía de la comprensión técnica de Bitcoin, lo que le ha permitido descartarla por tener fallas que en realidad no existen. Aprovecharé esta oportunidad para responder a este ensayo erróneo con muchas inexactitudes y ofrecer una explicación de por qué los marxistas de todos los colores deberían adoptar radicalmente las monedas digitales y organizarse en torno a ellas.
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Bitcoin e Internet como aparatos ideológicos
Bitcoin no se trata de dinero, sino de poder. Bitcoin es una fuerza política, un ideal tecnológico, y una forma de independencia económica para internet misma. Usando los conceptos de Louis Althusser acerca de la ideología y de los aparatos ideológicos que aparecen en “Sobre la reproducción”, podemos analizar a la bitcoin y a Internet como aparatos ideológicos anti-estado. Acá hay una excelente introducción a los conceptos de Althusser y una explicación de qué es exactamente una ideología, y qué son los aparatos ideológicos (AI) y los aparatos represivos estatales (ARE). En su trabajo, Althusser ofrece un poderoso medio para comprender las organizaciones del capitalismo. Muestra cómo varios aparatos ideológicos operan en conjunto con aparatos represivos para crear, organizar, reforzar y reproducir condiciones en la sociedad de hoy para servir al actual paradigma capitalista, a través del Estado.
Empleos de mierda y el fin del trabajo (como lo conocemos)
Criptocomunismo – Mark Alizart
Por Mark Alizart
Las criptomonedas a menudo son consideradas “revolucionarias” y es posible que lo sean. Y no solamente en un sentido metafórico, sino también histórico, político e incluso filosófico.
De hecho, la promesa de Satoshi Nakamoto de que es posible comerciar sin la intermediación de banqueros parece que podría desencadenar una revolución en la economía de la misma manera que Martin Lutero comenzó su revolución en la Iglesia en 1517, al afirmar que los creyentes podían tener una relación directa con Dios sin sacerdotes como intermediarios, o como Oliver Cromwell, George Washington o Maximilien de Robespierre provocaron una revolución en el Estado en los tiempos modernos al declarar que la gente podía gobernarse a sí misma sin príncipes como intermediarios.
Obviamente, el White Paper que en el 2009 dio origen a Bitcoin, la criptomoneda más famosa, no nos dice cómo obtener la vida eterna. Tampoco los pequeños cálculos de un pequeño inversor preocupado por sus ahorros parecen tener mucho en común con la lucha por la libertad. Sin embargo, la revolución que encarna es real. La economía es un aspecto fundamental de nuestras sociedades. Incluso comparte rasgos con las esferas religiosas y políticas.
The Last, Whole Introduction to Agorism
Link to source
Originally published in The Agorist Quarterly, Fall 1995, Volume One, Number One. Reprinted in
ALLiance a journal of theory and strategy, Samhain/Yule 2008, Beta Issue.
By Samuel Edward Konkin III (SEK3)
Agorism, unfortunately, needs an introduction.
Counter-economics and agorism were originally fighting concepts, forged in what seemed to be the ever-cresting revolution of 1972-73, and which proved to be the last wave instead. Revolutionary rhetoric or not, agorism arose in a time and a context where slogans required extensive published analysis and ongoing dialectic criticism with highly committed competing factions. Thus, when the crucible of “The Sixities”[1] had cooled, amongst all the garish Party pennants, Trashing rubbish, and exploded-Ideology ashes lay a hard, bright and accurate theory and methodology. Probably the first economically-sound basis for a revolutionary platform, agorism’s market melted away before it could even get on the display rack.
La última, introducción completa al Agorismo
El Agorismo, desafortunadamente, necesita una introducción.
La contra-economía y el agorismo fueron originalmente conceptos de lucha, forjados en lo que parecía ser la revolución en constante crecimiento de 1972-73, y que en su lugar resultó ser la última ola. Con o sin retórica revolucionaria, el agorismo surgió en una época y un contexto en que los eslóganes requerían un extenso análisis publicado y una crítica dialéctica continua con facciones competidoras muy comprometidas. Por lo tanto, cuando el crisol de «Los sesenta»[1] se enfrió, entre todas las banderolas chillonas de partidos, la basura y las cenizas de la Ideología explotaron, se encontraba una teoría y metodología dura, brillante y precisa. Probablemente la primera base económicamente sólida para una plataforma revolucionaria, el mercado del agorismo se derritió antes de que pudiera siquiera llegar a la estantería de exhibición.