Izquierda y crometofobia: respuesta a Colectivo Disonancia

Recientemente el Colectivo Disonancia ha publicado un artículo extenso llamado «¿Sueñan los liberales con monedas eléctricas? Una crítica a las ilusiones de las criptomonedas» en el que explican cómo Bitcoin y otras criptomonedas no son más que una avanzada neoliberal y que son incapaces de ofrecer algo de valor al progresismo o la izquierda política, en sentido amplio.

En este artículo queremos contradecir tal postura, la cual entendemos como una continuación de una larga tradición de rechazo hacia el dinero por parte de los intelectuales y activistas de izquierda. Este rechazo es en primera instancia moral: tener dinero o querer dinero es característico de personas viles; y también metodológico: el dinero no se considera en el análisis social, económico o político como un factor relevante de ser estudiado en profundidad, sino como un mero ocultamiento de otro tipo de relaciones. Consideramos que esto es un error y un lastre que esos movimientos políticos arrastran, un obstáculo que ha interferido con sus posibilidades de pensar y producir un cambio social. Repasaremos el artículo, señalando los puntos en los que estamos en desacuerdo y explicando nuestra postura al respecto. Ante todo, queremos manifestar un gran respeto por este colectivo y que abrazamos el debate y el involucramiento de movimientos progresistas respecto a este tema, central en nuestro Think Tank.

Sin más preámbulo, vayamos al artículo.

Introduce el tema con un repaso de las características técnicas de Bitcoin y ya adelanta las conclusiones:

«se hace relevante abordar la tecnología que sustenta esta iniciativa económica para considerar si acaso es un aporte a la construcción de una sociedad más libre y descentralizada. Luego de analizar el funcionamiento y las propuestas asociadas a estas soluciones económicas no es difícil advertir que las criptomonedas son en gran parte ilusiones. Ninguna presunta tecnología innovadora va a salvarnos de las deficiencias del mercado ni tampoco un nuevo tipo de moneda hará más justa y estable una economía capitalista. Sin embargo, tras la bruma de las ilusiones queda en evidencia con bastante claridad que la verdad de las criptomonedas es una euforia financiera y un nuevo momento del neoliberalismo, y que las alternativas tecnológicas para avanzar hacia un horizonte comunitario no pasan por usar la tecnología disponible en nuevos mercados de dinero sino en materializar una economía enfocada en los recursos.»

Si bien podemos estar de acuerdo con lo último, entendemos que las criptomonedas pueden jugar un papel fundamental en materializar esta economía enfocada en los recursos. Es este el punto central de nuestro desacuerdo. La crítica de Disonancia se realiza a partir de 4 contradicciones que encuentran entre los discursos y las realidades de Bitcoin. Hacia el final, proponen su propia alternativa a las criptomonedas. Estas contradicciones son las siguientes:

– Autovalidación y el problema del consumo eléctrico:

«El problema notorio con la Prueba de Trabajo es que mantiene una competencia entre usuarios que requiere consumir progresivamente cada vez más recursos eléctricos para mantener la red en funcionamiento»

Esta es una crítica de las más fuertes y comunes contra Bitcoin, tanto de parte del stablishment económico-financiero como de movimientos progresistas. Disonancia da cuenta de este debate y presenta las posturas de uno y otro lado pero omite un argumento fundamental de la defensa de Bitcoin: no se espera que las energías renovables reemplacen a las fósiles en la minería de Bitcoin, es la minería de Bitcoin la que impulsa el advenimiento de las renovables. Esto es así porque las energías renovables tienen una problemática que, sin Bitcoin, es difícil de abordar: la energía eólica y solar no se generan de manera constante, sino que dependen del momento del día y/o de las condiciones climáticas. Esto provoca rendimientos irregulares: se desperdicia energía solar durante horas del día y durante la noche escasea. Bitcoin permite convertir ese excedente de energía en valor monetario, a través de la minería, y abaratar así la producción de energía en zonas marginales. Cualquier pequeño productor de energía renovables puede monetizar la energía que no utilice, amortizando sus gastos de infraestructura. De ese modo Bitcoin fomenta y facilita la autonomía energética y la formación de redes de distribución enrgética descentralizadas (1). El problema acuciante que todavía no tiene una solución clara es el de los residuos electrónicos.

 

– Falsa descentralización: son varios los puntos señalados al respecto de este tema. Ante todo queremos aclarar que las críticas no solamente son válidas sino que son problemas de los cuales la comunidad de Bitcoin tiene consciencia y que busca activamente resolver. Disonancia en parte reconoce esto, pero su perspectiva es tajante: considera que Bitcoin (y las criptomonedas en general) han hecho una promesa de descentralización y que tal promesa falló. Esta perspectiva pasa por alto el hecho de que las cripto son creaciones colectivas y comunitarias, no son un producto ofrecido por un ente particular a un público meramente consumidor.

«la descentralización en la emisión del dinero no evita la concentración de la riqueza»

Esto es sabido y podríamos aventurar que evitar la concentración de riqueza nunca fue una prerrogativa de Bitcoin. Esto no implica que descentralizar la emisión sea igual a nada. Que haya diferencia de riqueza entre distintos individuos es un asunto cuantitativo: A tiene una cantidad mayor o menor de dinero que B. Pero la asimetría que existe entre un agente que posee la potestad de crear y administrar la moneda y quien está forzado a usarla es cualitativa: A puede decidir cuánto dinero tiene B. Si aplicamos la metáfora de un juego a la economía, no es lo mismo competir e ir en desventaja, que competir contra quien pone las reglas del juego.

«los usuarios de criptomonedas, en vez de utilizar los complejos mecanismos para mantener un monedero propio, han optado por la facilidad de uso que ofrecen los “Exchanges“, las plataformas intermediarias que permiten cambiar criptomonedas por dinero fiat»

Este punto si es, para la comunidad Bitcoin más militante, un problema. Es en ese sentido que Andreas Antonopoulos sintetizó la conocida frase: «No son tus claves, no son tus bitcoins«. No solamente se le repite constantemente a los nuevos usuarios que deben aceptar la responsabilidad de cuidar sus ahorros en sus propias billeteras, también se han creado efemérides en la comunidad para tomar consciencia de la importancia de esto: 3 de enero, el día de «Proof of Keys». A este respecto se han detectado tendencias positivas durante los últimos meses, el suministro de bitcoins almacenadas en los exchanges ha ido bajando (2). En paralelo a esto, el desarrollo de los DEX (Descentralized Exchanges) también es un área incentivada por las comunidades de criptos y ha tenido grandes avances el último tiempo, sobre todo en Ethereum como los AMM como UniSwap y SushiSwap. Estos DEX pretenden ofrecer un mercado de intercambio de distintas criptomonedas pero construido de forma descentralizada sobre cadenas de bloques. Un paso más lejos se ubican las DeFi (Descentralized Finances), que buscan reemplazar otras instituciones y servicios financieros (préstamos, futuros, créditos, seguros, etc.) de forma descentralizada.

«Otro aspecto de descentralización frustrada es el sistema de validación distribuida. En el caso de la minería de Prueba de Trabajo, la competencia creciente por el aumento de la capacidad de cálculo tiende a la concentración de quienes cuentan con la inversión suficiente para mantener una elevada capacidad de cálculo en sus equipos.»

Este problema ha llamado la atención de la comunidad en un momento dado, pero los cambios en la minería de los últimos tiempos ha desconcentrado el poder de minado, de modo que ha perdido importancia en los debates actuales. Las métricas de concentración del poder de minado pueden consultarse públicamente (3). De todos modos, existen propuestas de algoritmos de prueba de trabajo resistentes a ASICs, tales como el que utiliza Monero (4).

«Los partidarios de estas divisas continúan buscando combinaciones o variantes de blockchain que, sin consumir muchos recursos, no tiendan a la centralización; pero probablemente estén buscando una solución a un problema inherente a cualquier mercado»

Aquí se expresa un rechazo radical al mercado como institución, punto que va de la mano con el rechazo al dinero que manifiestan muchos intelectuales y activistas progresistas o de izquierda. Consideramos que una sociedad libre requiere de esta institución (5), lo que no significa que sea la institución social que debe estar en primer lugar, como ocurre en el capitalismo.

 

– Aparente autonomía frente a la banca y el Estado:

«La banca tradicional ha tomado la iniciativa y, al mismo nivel que los exchanges, ha empezado a abrir cuentas de criptomonedas para sus clientes16, en donde el banco es el custodio de las llaves de cifrado y, por ende, tiene pleno control de las monedas del usuario.»

«el caso de El Salvador muestra que las criptomonedas no suponen un mercado autónomo del Estado y la banca tradicional y, de hecho, la propia necesidad de escalar las transacciones facilita la centralización y la participación de estas instituciones.»

Muy por el contrario, la decisión de El Salvador de aceptar a Bitcoin como su moneda de curso legal es un hecho paradigmático. El Salvador ya tenía al dólar como única moneda de curso legal, habiendo renunciado a su autonomía en materia de política monetaria. Al aceptar Bitcoin como moneda de curso legal, se somete también a su política monetaria y la de la comunidad. Es decir: la ley salvadoreña tendrá poco y ningún efecto en el funcionamiento de Bitcoin, pero cualquier cambio del protocolo de esta última se aplicará de forma instantánea en el país. Existe así una asimetría a favor de Bitcoin en este asunto. No es Bitcoin lo que se centraliza, es El Salvador quien se pliega a sus políticas descentralizadas.

«El asunto de fondo es que solo cambiando el tipo de moneda no se puede evitar el hecho de que el propio mercado es también una institución, es decir, una relación social que adquiere una inercia propia e histórica que no depende ni se desarrolla según la voluntad de quienes la crearon. Y en ese sentido, el mercado, del tipo de dinero que sea, requiere a su vez de otras instituciones centralizadoras para funcionar, como lo son el Estado y la banca tradicional.»

El mercado y el dinero son, ambos, instituciones, es verdad, pero no es cierto que necesiten de la banca y del Estado. Es más, ni siquiera necesitan de escritura para existir (6). El mercado es en si una de las instituciones mas descentralizadas que existe; banca y Estado tratan de controlarlo de ariba a abajo, pero tambien existen entidades más horizontales, como pueden ser los gremios, sindicatos, grupos de producción o consumo, federaciones de prosumidores y asociaciones voluntarias de todo tipo.

«cuando estas instituciones de apoyo no existen, las crea; como ocurre con la función bancaria cada vez más evidente de los exchanges que, debido al grado de concentración de almacenamiento de dinero y de transacciones realizadas, perfectamente pueden llegar a operar como un nuevo tipo de banca. De manera similar, las cadenas de bloque que funcionan con delegación de prueba de participación ‒Delegated Proof of Stake o DpoS‒, que operan eligiendo delegados para validar los bloques, introducen de manera incipiente una lógica de gobierno electo y plutocrático9

Concidimos con esta postura respecto al consenso mediante pruebas de participación y delegacióny consideramos que tal cosa es justamente un argumento a favor de la prueba de trabajo como mecanismo de consenso. La prueba de participacion sí puede ser interesante para ciertos proyectos de pequeña escala y gran confianza interpersonal, pero sin duda la plutocracia es su talón de Aquiles.

– Innovación y solucionismo:

«el [sic] blockchain pareciera ser a todas luces una gran innovación, particularmente al intentar descartar la necesidad de confianza humana en favor de mecanismos criptográficos que serían más seguros y certeros respecto a cómo resolver la coordinación y comunicación de una red descentralizada; sin la subjetividad humana de por medio se solucionaría el problema»

«las soluciones tecnológicas basadas en blockchain suelen ser peores que otras alternativas existentes ya que, partiendo de una premisa equivocada, por un lado, intentan desconocer el valor de la confianza social para mantener los distintos sistemas funcionando y, en segundo lugar, aumentan el riesgo de dichos sistemas puesto que solo están respaldados en aspectos técnicos falibles30. (…) El [sic] blockchain no reemplaza la confianza humana que hace posible la validez de nuestras acciones e intercambios, por lo cual es simplemente una falsa innovación y una tecnología prescindible.»

«la cadena de bloques podría facilitar el mantener registros descentralizados de vigilancia o crédito social, sin que eso contribuya a ningún “gobierno abierto”. En una situación de explotación y opresión, más tecnología no es indicio directo de mayor emancipación, sino que puede contribuir a hacer más eficiente una situación de dominación.»

«existen tecnologías tan antiguas como internet que aún siguen vigentes y en permanente perfeccionamiento, como las redes P2P al estilo torrent o el clásico cifrado de llaves que, además de su utilidad, se sostienen en última instancia en la confianza de las redes humanas que las mantienen funcionando. Sin embargo, como no tienen un nombre grandilocuente o alguna artificiosa agencia de marketing creando expectativas, pasan desapercibidas como innovación.»

No vemos por qué plantear un antagonismo entre las tecnologías que menciona y las criptomonedas. De hecho, consideramos que las últimas son herederas y continuaciones de las primeras. Es más, tanto dinero digital basado en criptografía como el cifrado de las comunicaciones son parte de la agenda del movimiento cypherpunk.

Tampoco hay que mezclar a Bitcoin, su núcleo (core) de desarrollo y de usuarios con las empresas y shitcoins que se establecieron alrededor.

En general, encontramos que este punto hace eco de un debate muy común en el pensamiento social: a saber, el del individualismo vs. colectivismo. Peyrouzet (5) ha abordado este debate a propósito de la tecnología de cadenas de bloques. Bitcoin y la mayoría de las criptos, se entiende que se inscriben del lado del individualismo, partiendo desde la premisa de que no se puede confiar en nadie. El contraargumento, de parte del ala colectivista, asociada a las izquierdas políticas, es que tal perspectiva es deshumanizante y que se deben construir comunidades a partir de lazos interpersonales y confianza mutua. Si bien esa perspectiva se ve más optimista en primera instancia, obvia ciertas limitaciones que el desarrollo de comunidades de ese tipo presentan. En primer lugar está el problema de la escala: una comunidad de fuertes lazos interpersonales no puede incorporar a cualquier cantidad de individuos. A este respecto es útil tener en cuenta el número de Dunbar (7), la cantidad máxima con que una persona puede mantener una relación fluida. Al aumentar el número de participantes en una comunidad más allá de este umbral, aparecen relaciones de tipo funcional e impersonal, los llamados terceros de confianza. Las cadenas de bloques no pretenden reemplazar las relaciones interpersonales y cotidianas sino precisamente esas relaciones impersonales con autoridades e instituciones. Por dar un ejemplo: ir a comprar al mercado del barrio donde nos conocen. La moneda o sistema de pago que usemos no afectará esa relación de compra, sino la relación que tanto el vendedor como el comprador tienen con el banco, la tarjeta de crédito o el sistema de pago que usen. A este respecto podría ser ilustrador prestar atención al caso de El Salvador, no la implementación oficial del gobierno, sino el previo desarrollo comunitario de Bitcoin Beach (8).

* * *

A raíz de todas las reflexiones previas, concluyen que:

«No suponen una alternativa ni más radical ni mejor al dinero convencional y eso se debe a que, si lo consideramos detenidamente, todo el dinero es virtual; las criptomonedas no son sustancialmente distintas al valor imaginado que tiene el dinero. Ninguna moneda tiene valor intrínseco sino que su valor es una virtualidad que depende de su contexto social.»

Aquí están confundiendo valor, moneda y dinero y virtual con social. Si, el valor no es una propiedad que se encuentre en la naturaleza sino en la subjetividad humana (y quizás animal). Mas eso no quiere decir que sea todo lo mismo. Tales reflexiones son consecuencia de una trayectoria teórica que ha ignorado al dinero como elemento del análisis en economía política. Respecto a este tema, el trabajo de Mostafa Moini (9) puede ser muy útil para esclarecer los conceptos de dinero, moneda y crédito y la importancia que tienen para comprender las relaciones sociales.

«se nota que su motivación no es realmente transformar la economía ni establecer un sistema de validación descentralizado; sino que simplemente los motiva la esperanza de hacerse millonarios por una vía fácil y presumir ante los demás de lo astutos que son por haberlo hecho»

Este tipo de argumentos está tomando a una parte de la comunidad como representativa de todo el conjunto. Si bien es innegable que este tipo de personajes abundan en la discusión pública de criptomonedas, no son ni de cerca los más relevantes. Quedarse con una crítica de este tipo es insultante para montones de personas que dedican mucho tiempo y trabajo a desarrollar estas tecnologías; y también para comunidades que han encontrado en distintas criptomonedas una alternativa para evitar los abusos de poder y desequilibrios macroeconómicos al rededor del mundo (10, 11, 12).

Además, esta crítica se basa en una ignorancia respecto a lo que implica un sistema monetario deflacionario, como el que propone Bitcoin. El sistema de dinero legal de flotación libre es inflacionario, se imprime más y más dinero, que va perdiendo valor, para desincentivar el ahorro y fomentar la inversión y el crecimiento económico. Este es el sistema que se elaboró durante el S XX, al abandonar el patrón oro (13) y el cual Bitcoin está diseñada para desafiar. En un sistema deflacionario como el que propone Bitcoin, uno está incentivado a ahorrar, no por ser un vil especulador, sino por una expectativa razonable de que las ganancias del día no se evaporen al siguiente (14).

Lo que presentan a lo largo del capítulo siguiente, «Un cementerio de tulipanes: jugando a las burbujas con el neoliberalismo», no son argumentos novedosos ni originales. De hecho, la comparación de Bitcoin con la burbuja especulativa de los tulipanes en el S. XVII es uno de los argumentos más comunes que el stablishment económico-financiero viene esgrimiendo desde hace hace varios años (15). Es llamativo que activistas progresistas coincidan en este punto con referentes del stablishment con quien la comunidad de Bitcoin (y ellos mismos) antagonizan abiertamente: Warren Buffet, Jamie Dimon, Yanet Yellen, entre otros.

«Incluso los proyectos cooperativos basados en criptomonedas no hacen sino reforzar el mercado de monedas en competencia entre sí dado que una iniciativa financiera local y solidaria, pero integrada al mercado global, es perfectamente administrable por las grandes concentraciones de capital. Las iniciativas que busquen desarrollar propuestas comunitarias basadas en criptomonedas o que se financien por medio de ellas deben asumir esta contradicción y considerar cuánto afecta en sus horizontes de transformación social; sin esto, simplemente se está jugando dentro de los márgenes controlados por el neoliberalismo36

Esta afirmación nos toca de cerca, ya que somos un Think Tank que precisamente busca desarrollar proyectos cooperativos utilizando cadenas de bloques. En la nota al pie precisamente menciona a Faircoop, proyecto en el cual participaron muchos miembros de este Think Tank y del cual se alejaron justamente debido a los tonos personalistas que adquirió el proyecto. Sin entrar en detalles, vale la pena mencionar que la propuesta de Faircoop fue reemplazar la prueba de trabajo por una prueba de cooperación y la minería por nodos coordinadores, a quienes se les delegó la confianza en hacer funcionar el sistema. Como dijimos previamente, esto derivó en personalismos y peleas internas que menoscabaron a la comunidad y dieron por tierra con el proyecto. Es decir, la confianza en personas resultó ser menos viable que la confianza en las máquinas.

 

Por último, luego de decirnos por qué las criptomonedas no son una alternativa válida para la lucha anticapitalista, nos explican qué cosa sí lo es.

«el punto crítico para el Poder no es necesariamente controlar el tipo de dinero sino controlar la división del trabajo, es decir, controlar los medios técnicos que hacen posible y determinan la especialización del trabajo y la producción.»

esto no es más que el postulado marxista, hecho en base a citas de Smith en lugar de Marx.

«para autores del pensamiento radical clásico, como Karl Marx o Piotr Kropotkin, el problema político de fondo en la dominación capitalista fuera la DST [división del trabajo]»

Sin embargo, Proudhon, contemporáneo a ellos, sí propuso tomar el control de los medios de intercambio y del crédito a través de un banco popular (16).

«Si una comunidad emplea colectivamente la tecnología, dentro de condiciones de cooperación y de evaluación del impacto ambiental, puede empezar a producir, mantener y planificar sus propios recursos según sus necesidades. No hay nada que impida que el desarrollo tecnológico autónomo no pueda ayudar a contribuir a la producción de alimentos, energías y otros recursos para el bienestar colectivo; humano, animal y ambiental.»

Si, lo hay: los monopolios de las armas y de la moneda. Dejando de lado el tema ya abordado sobre los límites de la confianza interpersonal, las perspectivas marxistas son muy obtusas respecto a ciertos mecanismos de poder. En primer lugar, el desarrollo teórico del marxismo comenzó antes de la segunda revolución industrial y se desarrolló luego de esta, pero ya entró en decadencia antes de la 3ra. Debido a esto, se queda corto al analizar la economía financiarizada de este capitalismo 3.0 con el marco de análisis hecho para la sociedad industrial del siglo XX. La URSS se derrumbó financieramente y hoy en día el sector financiero absorbe las riquezas del sector productivo, utilizando esas herramientas que las izquierdas subestiman.
El artículo no dice más. Al momento de proponer una alternativa a las criptomonedas; es decir, una solución al problema del dinero, cambia el tema y propone construir comunidades autogestivas para la producción. No estamos diciendo que la producción no sea importante, pero ese no era el problema en cuestión. El principal problema que encontramos al dialogar con estos marcos teóricos es que no entienden al dinero como un problema social. El marxismo circunscribe todo el problema de la lucha de clases a la esfera de la producción, dejando de lado la distribución y el consumo. Es por eso que no pueden apreciar que Bitcoin o las criptomonedas sirvan para algo. En otras palabras: están criticando una solución cuando no han entendido el problema que intenta resolver, en primer lugar.

Si bien consideramos que algunos puntos de la crítica están algo flojos o recurren a lugares comunes, el artículo en conjunto está bien fundamentado y presenta un debate de altura. Consideramos enriquecedor que movimientos de izquierda se involucren en el debate respecto a las criptomonedas y al dinero en general, que históricamente ha sido un cabo suelto en sus marcos teóricos. En ese sentido, aprovechamos para mencionar a algunos autores que han presentado argumentos favorables a la tecnología de cadena de bloques desde una perspectiva izquierdista. The Blockchain Socialist es un blog y podcast dedicado a involucrar a movimientos de izquierda en la tecnología de cadena de bloques y viceversa. Asimismo, el libro de Mark Alizart compartido en este blog, si bien demuestra un conocimiento precario del autor sobre el funcionamiento de Bitcoin, presenta un argumento muy original para que el comunismo se realice a través de Bitcoin.

 

Este artículo es original de Confoederatio Think Tank y fue redactado por Leo y Eznomada. 19/12/2021

 

Addenda

El artículo previo fue enviado y respondido por el Colectivo Disonancia sin demora. Creemos que la respuesta a su respuesta debe formar parte del mismo artículo original para ser leída como una sola unidad, a pesar de que con ello se vuelva más extenso.

Comencemos por el final.

“La respuesta finaliza señalando que algunos puntos de nuestro texto están flojos ‒tal vez tenga algo que ver el haberlos omitido‒ y se reitera una crítica general al querer enfocarnos en el aspecto productivo de la sociedad, por sobre la distribución y el consumo, como si las condiciones de distribución y consumo no se produjeran históricamente.”

Al leer la respuesta completa y releer el artículo original, volveremos sobre ciertos puntos que, como señalan, hemos pasado por alto. Decir que las condiciones de producción, distribución o consumo se producen (valga la redundancia) históricamente, por otro lado, no es decir mucho sobre cómo funcionan o cómo transformarlas.

“Se nos atribuyó una posición solo por una referencias, lo que les permitió lisa y llanamente hablar sobre dicha posición, eludiendo la crítica a la propuesta misma”. No hicimos una crítica a su propuesta sencillamente porque no hay un problema con su propuesta del final. Estamos de acuerdo con que es necesaria una autonomía tecnológica y una economía de recursos, tal como abordamos en otros de nuestros artículos. El problema con su solución es que no es una alternativa, como la llaman. Es una solución, si, a otro problema. Ni siquiera es una propuesta mutuamente excluyente con la de las cadenas de bloques. La primera frase de su último capítulo deja totalmente clara su postura:

“Las esperanzas contenidas en la idea de que las criptomonedas revolucionarán la economía ‒que en el fondo es un proyecto propiamente neoliberal‒ se sostienen en la premisa de que el tipo de procedimiento o de tecnología de intercambio, como el dinero, es el centro de la actividad económica o, al menos, uno de sus elementos decisivos. Desde esta perspectiva tendría sentido emplear nuestros esfuerzos en diseñar y crear nuevas tecnologías que mejoren este intercambio.”

No deja lugar a dudas de que no entienden que el medio de intercambio en una economía sea un factor crucial. Es eso lo que nos parece importante rebatir, ya que es una perspectiva con la que nos encontramos muy comúnmente al debatir estos temas. Por supuesto coincidimos con su propuesta, pero no es una solución al problema que las criptomonedas abordan. Incluso Nakamoto ha sido modesto respecto a los alcances que su creación tenía. Esto nos lleva al punto central de nuestro artículo.

El problema con el marxismo: cuando criticamos la postura o el trasfondo marxista en las apreciaciones de Disonancia, no es por una aversión a estas posturas (como sucede con los ultra-liberales, que tan solo nombrarlo los irrita), sino porque entendemos que presenta (al menos en las formulaciones originales, que parecen ser las únicas que Disonancia ha utilizado en su análisis) ciertos problemas teóricos y prácticos puntuales. En el capítulo XVIII de su texto más conocido, El Manifiesto del partido comunista, Marx y Engels [Fe de erratas: el texto es «Principios del comunismo», incluído en el mismo volumen] anticipan cómo será la transición a una sociedad comunista:

“…cuando todo el capital, toda la producción y todo el cambio estén concentrados en las manos de la nación, la propiedad privada dejará de existir de por sí, el dinero se hará superfluo, la producción aumentará y los hombres cambiarán tanto que se podrán suprimir también las últimas formas de relaciones de la vieja sociedad”

Este párrafo muestra claramente que el objetivo final del programa comunista es la abolición del dinero, entre otras cosas (Estado, mercado, clases, propiedad privada). Esta oposición ideológica tuvo consecuencias en el peso teórico que se le dio a muchos de estos elementos. Un caso paradigmático se dio con la cultura, que el marxismo ortodoxo dejó de lado por considerarla un mero reflejo de las condiciones materiales y Gramsci, seguido por la escuela de Frankfurt, tomó en cambio como principal objeto de análisis. Quizás sería necesario que la teoría marxista haga un giro semejante respecto al dinero.

Entendemos también que su principal problema práctico es una falta de pragmatismo. No identifica problemas concretos y les busca soluciones. En lugar de eso, conceptualiza de una manera totalizante y busca soluciones, radicales sí, pero de un alcance demasiado amplio, que dificulta llevarlas a cabo. Más adelante veremos que el marxismo sí presenta herramientas conceptuales adecuadas para entender los problemas que las criptos ponen en juego, pero enfatizamos que el marco utilizado por Disonancia nos parece insuficiente para ello.

Capitalismo y mercado: este es un punto crucial de desacuerdo y no lo enfatizamos lo suficiente. Si bien el mercado es necesario para el capitalismo, no es lo que lo define. Ha habido mercado desde mucho antes sin que se desarrollase capitalismo. Las características determinantes de este sistema son, como la misma teoría marxista señala, el trabajo asalariado y la enajenación de los medios de vida. Históricamente no encontramos mucho más que 3 ejemplos de sociedades de gran escala que hayan funcionado sin dinero o mercado, y todas lo han logrado mediante un Estado enorme y centralizado que se encargaba de toda la distribución de la producción: el Egipto antiguo, el imperio Inca y la Unión Soviética en sus primeros días. La última se vio forzada a revertir esto cuando su economía se vió debilitada.

Entendemos que tales aboliciones no son deseables y que no es posible hacerlas simultáneamente, ya que el dinero (no necesariamente la moneda de curso legal impuesta por un Estado soberano) es una forma muy efectiva de organizar la distribución entre una población de gran escala, donde no todos los miembros tienen lazos interpersonales estrechos, y en ausencia de una autoridad consolidada y centralizada. Alizart se explaya más sobre este punto en sus primeros capítulos:

“No es tanto que Marx no confiara en el mercado para sustituir al Estado (todo prueba que tiene la capacidad de hacerlo), sino que no confiaba en la capacidad del mercado de seguir siendo un mercado si era dejado a su propia cuenta (…) Paradójicamente, este punto hace de Marx y de los libertarianos primos mucho más cercanos que lo que habitualmente se piensa. Para los libertarianos los mercados también son manipulados por los políticos y, por lo tanto, hay que liberarlos de su control para que vuelvan a ser eficientes. Destruir al Estado exige impedir que el mercado secrete Estado, así como una ostra secreta perlas.”

Sin extendernos más en la cita, podemos resumir lo que viene a continuación. Tanto Marx como Hayek propusieron mecanismos de control para evitar esto y ambos fallaron. El argumento del autor, con el cual estamos de acuerdo, es que Bitcoin es, por lo menos, una muy buena apuesta a ese mecanismo de control. Habiendo ya nombrado a Hayek, podemos pasar al siguiente punto.

Criptos y neoliberalismo: quizás en lo que Disonancia hizo más énfasis en su respuesta es en que no respondimos adecuadamente a la cuestión del vínculo entre el desarrollo de las criptomonedas y el “proyecto” neoliberal. Que el desarrollo del criptoanarquismo como idea y proyecto esté influido por la escuela austríaca de economía es algo sabido. Sin embargo, las corrientes de pensamiento que desembocaron en la creación de Bitcoin son muy amplias e incluyen propuestas como el agorismo, en constante tensión entre derechas e izquierdas, o entre liberalismo y colectivismo. Incluso la primera frase de su manifiesto es una paráfrasis del Manifiesto Comunista.

El neoliberalismo es ante todo una política de Estado: disminución del gasto público en todos los sectores salvo seguridad y justicia, desregulación y quita de impuestos al sector privado, apertura a los mercados transnacionales, privatización de empresas estatales, etc. El régimen que se erigió a partir de estas políticas no adoptó respecto a la moneda las propuestas de Hayek sino más bien las de Milton Friedman, el llamado monetarismo, en el que el Estado, a través del banco central, se encarga de administrar la emisión de moneda. Podría plantearse, entonces, que se trata de una disputa interna entre dos propuestas igual de neoliberales y que ninguna es mejor que la otra, que son igual de malas. Pero hay que señalar un desvío importante de Bitcoin respecto a la propuesta de Hayek. La desnacionalización del dinero de Hayek apunta a la privatización de la emisión monetaria, mientras que Bitcoin es un sistema abierto, FOSS. Por supuesto que deja la posibilidad abierta a proyectos como el citado Ripple (que es generalmente repudiado por la comunidad cripto, ya que va en contra de casi todos sus principios), pero también a proyectos de carácter social, que es lo que intentamos fomentar en este Think Tank.

“…el dejar deslizar un argumento de asociación en el que tendríamos un vínculo con pensadores del llamado «stablishment» solo por usar un ejemplo común es una acusación infundada, falaz y, quizás, una mala voluntad política”. A lo que vamos con este llamado de atención es a lo siguiente. Si a Bitcoin se le ha pegado desde el stablishment neoliberal (acomodado al modelo monetarista, recién referido) desde que empezó a existir, ¿por qué tomar partido por los últimos en lugar del primero de los bandos? Sí, es una lógica de “el enemigo de mi enemigo es mi amigo”, pero negarse a ver qué utilidad puede tener esta tecnología para los movimientos contestatarios tiene dos consecuencias. O bien el avalar las críticas que se están haciendo a favor del status quo (es decir, ponerse de su lado y decir que estamos mejor en su sistema que con criptos); o peor, dejar esa tecnología en manos de los agentes de ese status quo (que por ahora tienen una actitud más bien de tolerancia que de agrado hacia ella) para que la aprovechen en su propio beneficio.

Pensar que Bitcoin fue un invento de y para el neoliberalismo de una sola vez (y que involucrarse con lo primero no es más que contibuir con lo segundo) es desconocer los debates que se han dado en torno a la “institucionalización” (como se lo llama dentro de la comunidad) y a personalidades como Amir Taaki, quien no solamente se ha posicionado radicalmente en contra (transcr.) de esta institucionalización, sino que además ha contribuido enormemente en el desarrollo técnico de las cadenas de bloques.

El movimiento criptoanarquista o cypherpunk no solamente diseñó las criptomonedas sino también un arsenal amplio de armas criptográficas, tales como los remailers y el cifrado PGP. Si Disonancia de hecho utiliza PGP para firmar sus documentos y recibir correo, no vemos por qué habría de hacer una diferencia respecto a las criptomonedas. Es más, ese tipo de razonamiento podría llevarnos a rechazar el uso de internet completa, ya que está en manos de gigantescas empresas de telecomunicación y de plataformas sociales. Sin embargo, creo que coincidimos en que el ciberespacio es más bien una arena de lucha entre ese Leviatán y movimientos de base.

Lightning Network y la falsa descentralización: Disonancia se equivoca gravemente respecto al funcionamiento de Lightning, la solución de segunda capa. La describe como “una plataforma de almacenamiento e intercambio temporal de gran capacidad entre dos o más usuarios de Bitcoin”. Lightning no es una plataforma, es un protocolo. Bloquear bitcoins en Lightning es meterlas en un canal de pago, este canal de pago no es más que una dirección de Bitcoin firmada por 2 claves diferentes, de modo tal que para retirar cada cual a su propia billetera, ambas firmas deben estar. Se hacen muchos pagos rápidos y ambas partes actualizan el estado de cuenta. Al cerrar el canal, se liquidan los saldos correspondientes (se hace una transacción desde esa multifirma a las direcciones de cada una de las partes firmantes). Es decir, no se delega la custodia de las monedas a ninguna plataforma como en el caso de los exchanges. Asimismo, no han hecho mención a los DEX, los cuales creemos que son un punto importante en dos niveles.

  1. A nivel práctico, porque son una aplicación concreta para descentralizar y des-intermediar el comercio entre criptos.
  2. A nivel ideológico, porque el hecho de que se ponga tanto esfuerzo en desarrollarlos da cuenta de cuán seriamente se toma el problema de la centralización.

Deflacionismo: “se nos indica que desconocemos lo que es un sistema deflacionario (…) se omite que en la descripción de por qué Bitcoin tiene «valor» señalamos que en parte se debe a su tendencia a la escasez, lo que en efecto lo hace una moneda deflacionaria”. Aquí no  hemos omitido nada, reconocer que algo es una moneda deflacionaria no es lo mismo que reconocer las implicaciones que eso tiene para el funcionamiento de la macroeconomía. Lo que explicitamos fue este último punto, que nos parece más significativo que simplemente enriquecerse de la noche a la mañana (como ciertamente sí pretenden muchos newbies del espacio cripto).

Innovación y solucionismo: “…se omite el argumento que desarrollamos en donde afirmamos que blockchain es una tecnología prescindible y solucionista”. Justamente lo que cuestionamos son las ideas que están detrás de esta apreciación: que el dinero en sí es algo prescindible. Pero si es necesario ir a los argumentos que dan, en principio están adjudicándole a Bitcoin un defecto técnico que se presentó en Ethereum y sobre el que los entusiastas de Bitcoin tienen una postura clara. Aún más, la comunidad de Ethereum tuvo una división interna a partir de ese acontecimiento. El lado de Ethereum optó por revertir esa pérdida multimillonaria y devolver el dinero, mientras que la comunidad Ethereum Classic continuó con la cadena tal como estaba, para no manipular el sistema. “Un sistema confiable y seguro no es el que use más criptografía, sino el que posea mejor capacidad social de reorganización y reacción en escenarios adversos”, a propósito de esto también aparece el caso de Faircoin, demostrando que no es así. Su interpretación del fracaso de Faircoin es interesante: “El aparente fracaso de Faircoop no demuestra lo contrario a lo que afirmamos sobre la cadena de bloques, sino que quizás sugiere que los proyectos cooperativos en torno a criptomonedas tienden a fracasar”. Tenemos otro caso de moneda social (no cripto) que ha fallado estrepitosamente por un problema de escala y falta de confianza, y que está bien analizado, la Red Global de Trueque.

Luego tenemos una contradicción, en tanto que por un lado afirman que es una tecnología prescindible y por otro que “puede contribuir a hacer más eficiente una situación de dominación”. Esto es visiblemente una opinión sesgada, en tanto que pueden ver cómo el adversario obtiene mayor eficiencia pero no cómo obtener esa mayor eficiencia para nuestros propios objetivos. Es decir, en primer lugar se está asociando criptomonedas con neoliberalismo y solo por eso se propone abstenerse de su uso. Para fundamentar esa postura, se presentan argumentos por los cuales las criptomonedas no son una innovación útil sino “ilusiones” (en sus propias palabras). ¿Qué ventaja podrían obtener los neoliberales entonces de utilizar este sistema inútil? Solamente engañar a la sociedad, pero no es eso lo que están diciendo cuando hablan de hacer más eficiente la dominación. Al contrario, se refieren a cómo se pueden implementar cadenas de bloques para llevar a cabo procesos productivos de forma más eficiente. Por lo tanto, reconocen que sí tienen una utilidad aprovechable.

También reconocen que “quien controla la más alta tecnología puede obligar al resto de la sociedad a reorganizar su economía y su política en beneficio de quien tiene este control” pero en lugar de llamar a, precisamente, controlar esta tecnología para combatir este poder, se llama a abandonarla y dejarla efectivamente en sus manos. Es decir, se cae en un círculo vicioso de inmovilismo en el que:

  • Se rechaza a la cadena de bloques por ser neoliberal. Llevándonos al segundo punto.
  • Se permite, en cambio, que sean los neoliberales quienes adopten esta tecnología. Llevándonos al primer punto.

No podríamos estar más de acuerdo en que “avanzar en un horizonte de autonomía tecnológica en el cual las comunidades toman control de la tecnología para ponerla al servicio de las necesidades e intereses colectivos contribuye a socavar el poder con el cual el capitalismo puede obtener ventaja de la producción social y de la DST”. Siendo así, esta es una de esas tecnologías de las cuales hay que tomar control. Incluso desde postulados marxistas, el problema puede verse claramente. No vivimos en una economía de escasez, sino de abundancia y de extracción de excedentes. En el siglo XXI estamos viendo que incluso trabajadores que tienen posesión de los medios de producción son explotados por el capital, ya que este centraliza la información de la oferta y la demanda (véase capitalismo de vigilancia y economía de plataforma). Los trabajadores tienen el control efectivo pero no el usufructo del valor. Esto es así porque la propia dinámica del desarrollo llevó a una liquidez más y más grande. Los capitalistas no necesitan tener la propiedad de los medios porque se puede sencillamente alquilarlos y reducir costos.

Es decir, el capital fue evolucionando y fue dejando desposeídas a las burguesías intermedias propietarias de los ingenios, como Marx y Lenin dijeron que iba a pasar. Pueden haber errado en los mecanismos concretos porque aún no habían aparecido, pero la ecuación estaba ahí, entera. El Capital se hizo más líquido, más abstracto y más fluido. Demás está decir que la cotización monetaria, a esta altura, no representa «valor» o «valor de cambio», sino meramente derechos de acceso al capital. Es decir, la bolsa está al precio que está para que no puedas entrar más que a los requechos. Tiene una valuación tan alta PORQUE es capital puro, medio de producción puro. Su función de medio de intercambio es secundaria. Cualquiera de esos empresarios tiene poder para devaluar el dólar, simplemente provocando un pánico en la bolsa. En este sentido, la definición de dinero de la que hablan es obsoleta. Hoy el dinero es meramente una denominación para el capital. Eso es a nivel del volumen mucho más importante que su rol de medio de intercambio.

“uso tecnológico para promover una economía centrada en la creación de recursos en vez de tratar de elaborar un nuevo mercado de dinero digital, que es el caso de las criptomonedas”. Ese no es ni el único ni el más relevante caso de uso de las criptomonedas. El caso de uso que queremos destacar es precisamente el de facilitar un mercado de bienes y servicios sin posibilidad de exclusión arbitraria o manipulación por parte de una autoridad.

En el mundo actual, básicamente una sola moneda tiene poder: el dólar. El resto sufren sus ataques (salvo el Euro y alguna otra chiquita que es inmune, pero tampoco tiene poder propio). Cualquier proyecto «anti-neoliberal» se estrella contra la realidad de la cotización dólar, que tiene dueño. Mientras que nadie es dueño de la cotización de las cripto y, aunque sean proclives de concentrarse, no lo son más que las monedas de curso legal. Son «tan funcionales al neoliberalismo» (como máximo) como la moneda convencional, y hay cosas que se pueden hacer con ellas en contra de esa lógica, que no se pueden hacer con el dinero de curso legal.

La horizontalidad de la sociedad depende de que encontremos medios para generar concentraciones de capital de propiedad colectiva, socializados, como las cooperativas. El feudalismo de mercado,  el «cuco neoliberal» contra el que pelea la vieja izquierda (el trostkismo, por ejemplo, que lo hace con proyectos partidarios) no es más que un molino de viento. No tiene capacidad de trascender ni de generar mecanismos de poder para sostenerse. En cuanto pierde margen de ganancia, muere. Puede diversificar, pero al final muere.

Por último, y para cerrar esta exposición,

Vayamos a lo concreto

¿A quiénes ayudó Bitcoin y respecto a qué problema?

  • Wikileaks, cuando el gobierno estadounidense bloqueó todas las vías de donaciones en dólares
  • Trabajadoras sexuales, frente a la discriminación que sufren por parte de los procesadores de pagos
  • Mujeres afganas, frente a la tiranía talibán que consiguió el control de su país
  • Ciudadanos de Cuba y otros países con sanciones internacionales
  • Ciudadanos de Turquía y otros países afectados por una gran inflación

¿Para qué las organizaciones anticapitalistas/antiautoritarias necesitan cadenas de bloques?

  • Para recaudar fondos de lucha sin depender de la aprobación de un procesador de pagos o de la disponibilidad de efectivo.
  • Para administrar dichos fondos de forma confiable, sin depender de actores especiales en quien delegar la tarea y confianza (por ejemplo, utilizando direcciones multifirma)
  • Para incentivar economías locales y circulares (caso Bitcoin Beach, el Zonte, citado previamente)
  • Para financiar o recibir financiamiento para proyectos de larga duración (caso C4SS, Think Tank con el que tenemos estrecha relación, que se vió bloqueado por PayPal y comenzó a operar con criptos)
  • Para establecer organizaciones descentralizadas sin comprometer la identidad de los miembros, utilizando sistemas de participación tipo DAO.

 

Este anexo es original de Confoederatio Think Tank y fue redactado por Leo y Xan, con la colaboración de Ana Karsis, que no pertenece al Think Tank pero hizo aportes muy valiosos al mismo.

Inconclusión

Disonancia elaboró una respuesta más a este debate. No consideramos que merezca la pena responder nuevamente punto por punto, porque no hay mucho más que agregar que señalamientos muy puntuales, que no le darían más valor a lo expuesto anteriormente. Solamente señalaremos que no compartimos el espíritu de confrontación de Disonancia en este debate. No hemos criticado su idea de DST, como dicen, simplemente porque no nos parece que debamos a hacerlo. Estamos DE ACUERDO en ese punto. No nos interesa descalificar completamente al Colectivo Disonancia, sino al contrario, hacer entender tanto a ellxs como a activistas afines, por qué no hay que descalificar a la tecnología blockchain. Solamente eso.

Como Think Tank, este debate nos ha parecido muy valioso y creemos que de los dos lados hemos podido presentar argumentos que serán puestos en juego muchas veces en el futuro. Justamente por ello no pretendemos presentar una conclusión al mismo ni convertirlo en una pelea.

Como proyecto mutualista, continuaremos nuestra praxis y seguiremos trabajando en nuestras herramientas «solucionistas» desde ecofintech y Confoederatio Network. Estamos ansiosos de ver cómo Disonancia lleva a cabo sus ideas en la práctica, si es que lo hacen.

2 comentarios sobre “Izquierda y crometofobia: respuesta a Colectivo Disonancia”

  1. Hola, dejamos nuestro comentario a su respuesta aquí y también está disponible en nuestro sitio:

    Comentario: https://colectivodisonancia.net/wp-content/uploads/2021/12/Comentario-a-la-respuesta-de-Confoederatio-Colectivo-Disonancia.pdf

    Hash del archivo: https://colectivodisonancia.net/wp-content/uploads/2021/12/Hash-Comentario-a-la-respuesta-de-Confoederatio-Colectivo-Disonancia.txt

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    # Comentario a la respuesta de Confoederatio

    Confoederatio tuvo el interés en responder nuestra publicación «¿Sueñan los liberales con monedas eléctricas?» y también la amabilidad de hacernos llegar su apelación. Este es un comentario a su respuesta, buscando contribuir a profundizar la discusión.

    En líneas generales, su respuesta intenta refutar o discrepar de algunos de nuestros argumentos para sostener que nuestra postura es solo continuidad del rechazo que tendría la izquierda a analizar o aceptar el dinero. No obstante, la respuesta no solo evidencia una desconexión clara entre esta afirmación y sus proposiciones sino que además simplifica nuestras premisas y nos atribuyen posiciones que no son necesarias para sostener, ni para criticar, nuestra postura. Además, y más grave aún, la respuesta no se hace cargo de los argumentos que vinculan el desarrollo de las criptomonedas y el proyecto neoliberal, es decir, solo elude la acusación y la argumentación al respecto.

    A modo de aclaración, no es decoroso enfocarse en los malos argumentos cuando se critica una postura, pero en este caso, como parte del sentido general de la respuesta que aquí comentamos depende directamente de omisiones y falacias, se hace necesario tener en cuenta este tipo de argumentos, situación que no deja de resultar incómoda en una réplica como esta.

    ## Sobre «Autovalidación y el problema del consumo eléctrico»

    Como respuesta a la crítica del consumo eléctrico, Confoederatio propone que la minería de Bitcoin debiese sostenerse de los excedentes de la energía renovable (ER), lo que limpiaría el consumo eléctrico de la moneda de Nakamoto y permitiría rentabilizar las ER. Esta propuesta omite algo mencionado en nuestro argumento, en el cual, de acuerdo a la Paradoja de Jevons, un aumento en la eficiencia energética, en condiciones similares de demanda, supone un aumento del consumo energético y no su reducción. Por consiguiente, de realizarse la alternativa de Confoederatio, el minado tenderá a consumir todo el excedente o incluso la producción base de ER. El problema con esto es que en la crisis actual la producción energética escasea y el intento de aumentarla por los medios actuales supone un mayor impacto en el deterioro ambiental. Lo que se requiere hacer es crear condiciones distribuidas de producción de ER para facilitar el uso y almacenamiento distribuido de electricidad para el consumo directo y no para mantener un mercado de divisas que, posteriormente, permita comprar la energía restante, es decir, se necesita distribuir el excedente para enfrentar la crisis, no venderlo en el mercado financiero. Sorprende que ante la crisis climática y energética las propuestas de los partidarios de Bitcoin sean hacer una «limpieza verde» de la minería y no preocuparse directamente de la crisis. Lo más adecuado, si se quisiera solucionar el problema de raíz, sería desechar la PoW y optar por otro medio de validación, pero como Bitcoin es la moneda con mayor capitalización, se opta por la rentabilidad actual por sobre las soluciones de raíz que contribuirían netamente a la crisis medioambiental. De cualquier modo, como sostenemos en nuestra publicación, el sentido que tenga el consumo eléctrico de un procedimiento tecnológico depende del sentido de su propósito. En el caso de las criptomonedas su propósito pierde sentido debido a las contradicciones que hemos señalado.

    ## Sobre «Falsa descentralización»

    Aquí se comentan los 3 ejemplos de centralización que damos. Respecto de la concentración en los exchanges, Confoederatio menciona que ha disminuido la cantidad de transacciones en los últimos meses, lo que es cierto, pero hasta ahora es solo un indicador temporal; habrá que esperar a ver si esto efectivamente contrarrestará la tendencia histórica a la concentración en los exchanges que se ha registrado. Del mismo modo, habrá que ver si una eventual desconcentración en los exchanges no implicará una concentración en otro intermediario de la capa de aplicación, como puede ocurrir con la participación incipiente de la banca tradicional. Por ende, una disminución temporal en la concentración en los exchanges no niega, necesariamente, la concentración general del sistema o en otras de sus capas técnicas, como se muestra que ocurre en los otros ejemplos.

    En cuanto a la concentración de la capacidad de minería y de la concentración de riqueza, llama la atención que simplemente se desestime su importancia. En el primer caso, que los indicadores de la capacidad de minado sean públicos o que existan posibles alternativas no resuelve el problema de la concentración actual, mostrada con cifras en nuestra publicación. De la misma manera, que se aborde el problema de la concentración de riquezas, confundiendo concentración de riqueza con diferencia de riquezas, es un equívoco curioso viniendo de una organización que declara, al menos en otras publicaciones, postulados anticapitalistas. Estas desestimaciones cobran sentido cuando mencionan al final de esta sección, si se nos permite esta paráfrasis, que el mercado es una institución necesaria para una sociedad libre, pero el problema que tiene es el uso que el capitalismo hace del mercado al ponerlo como la principal institución social. Una de las condiciones del capitalismo es la acumulación de capitales, es decir, la tendencia a la concentración de capitales de quienes participan en la competencia, lo que en el caso de las criptomonedas, que son un mercado capitalista, se traduce en la concentración de capacidad de validación y en la acumulación de dinero que cumple la condición de ser llamado «capital» si es puesto en circulación en el mercado a modo de reproducción de capital. Esta concentración, dejando de lado un modelo ideal de oferta y demanda de tipo *ceteris paribus*, es perfectamente observable como una característica propia del capitalismo. Por ejemplo, en una economía de escala en condiciones capitalistas, quienes más recursos poseen tienen más posibilidades de crecer y concentrar capitales, haciendo de su crecimiento una tendencia a la disminución de la competencia, que es efectivamente lo que ocurre con el minado. En resumen, la tendencia a la concentración y al monopolio es la ventaja comparativa buscada por todos los competidores en el mercado capitalista. ¿Cuál sería el mercado no capitalista en donde la acumulación de capitales y concentración de la capacidad de cálculo no sean significativas?

    Como nota sobre la referencia que hacen a que la PoW RandomX resolvería el problema de centralización, en principio, es una mala interpretación del problema. La lucha por competir con ventaja en la PoW no depende del procedimiento técnico principalmente, sino de la competencia y la tendencia a la concentración. Si RandomX dificulta el uso de dispositivos ASIC, entonces la competencia cambiará; en vez de centrarse en mejorar el tipo de dispositivo, la competencia se desplazará al intento de tener más dispositivos para aumentar el procesamiento por CPU. En suma, es la misma estrategia: invertir para aumentar la capacidad de cálculo, ya sea ASCI o CPUs normales. Nuevamente, el problema de la concentración es el mercado capitalista, no un problema técnico.

    Hasta aquí, Confoederatio elabora argumentos razonables aunque debatibles, debido a la omisión de la paradoja de Jevons o al desestimar la acumulación capitalista, pero en el resto de su respuesta la argumentación es, al menos, dudosa.

    ## Sobre «Aparente autonomía frente a la banca y el Estado»
    En esta sección simplemente se optó por omitir todo el argumento de nuestro texto y la respuesta Confoederatio solo contesta y contradice las afirmaciones que hicimos, pero no discute con las razones que las avalan. La posibilidad de control por parte de Estados y bancos tradicionales se debe gracias a un desarrollo proveniente de Bitcoin, la Lightning Network, o segunda capa, que explicamos en nuestra publicación. Con esta incorporación, bancos y Estados pueden ser custodios y usar un sistema fraccionario de créditos que no puede ser verificado por la red porque ocurre fuera de la cadena de bloques. Así, por muy distribuido y consensuado que sea el funcionamiento de la cadena de bloques, se le está facilitando a estas instituciones un poder de control enorme sobre las criptomonedas. Luego de esto, Confoederatio menciona que el mercado no necesita a la banca y al Estado, desconociendo la realidad histórica del desarrollo capitalista y omitiendo los antecedentes que referimos en nuestra publicación. Al final de la sección, tenemos una coincidencia con el problema de centralización respecto de PoS.

    ## Sobre Innovación y solucionismo

    Nuevamente, se omite el argumento que desarrollamos en donde afirmamos que blockchain es una tecnología prescindible y solucionista. En cambio, Confoederatio menciona que blockchain y otros sistemas de validación criptográficos no son antagónicos: efectivamente, no afirmamos eso; lo que sostenemos es que blockchain es prescindible porque su carácter innovador descansa en una premisa que no puede cumplir: no depender de la confianza de terceros. También se menciona que tal vez mezclamos el núcleo de Bitcoin con desarrollos empresariales: esa no es la perspectiva que abordamos sino el hecho de que, siendo blockchain una tecnología no innovadora y prescindible, sus aplicaciones fuera de las criptomonedas son solucionistas, idea que se desarrolla en nuestra publicación. Posteriormente Confoederatio menciona que esta discusión que proponemos sobre Blockchain es similar a una discusión moral del tipo individualismo vs colectivismo. Si bien es una comparación y no una acusación directa contra nuestras premisas, sirve para elaborar un argumento falaz, el del hombre de paja, en el cual nuestra argumentación se simplifica y queda reducida a una caricatura, una discusión moral que no hacemos y que se utiliza para omitir las premisas técnicas y políticas que desarrollamos en nuestro texto.

    Finalmente se alude a los problemas de escala de interacción social de las relaciones comunitarias en crecimiento. En este caso, las criptomonedas serían la solución para que una comunidad en crecimiento evite delegar sus interacciones a terceros de confianza, permitiendo así el intercambio interpersonal sin intermediarios. Este escenario es verosímil, desde luego, solo si omitimos que la cadena de bloques no reemplaza las confianzas externas, solo pretende hacerlo, y si también omitimos los problemas de centralización y de control institucional ya mencionados. Aprovechando el punto, probablemente una economía de recursos y autonomía tecnológicas descentralizada sí puedan ser condiciones material que favorezcan ese tipo de intercambio, reduciendo a su vez las instituciones como el mercado y el Estado.

    ## Respecto de la conclusión de «las contradicciones»

    Se nos dice que confundimos los conceptos de dinero, valor, virtual y social, y que eso se debe a que no incluimos el «dinero» en el análisis de economía política. Por un lado, sí estamos analizando el dinero explícitamente en una perspectiva de economía política, solo que no desde la misma perspectiva de Confoederatio; tener perspectivas distintas no es lo mismo que carecer de una, obviamente. Por otro lado, lo que sostenemos al decir que el dinero no tiene valor intrínseco sino que es imaginado porque es un valor virtual dependiente del contexto social, quiere decir que es una relación social producida por la subjetividad humana histórica, que no es distinto a lo que afirma Confoederatio. Probablemente la discrepancia sea en realidad sobre los conceptos distintos que entendemos respecto de los virtual, imaginado y social. Tras acusar como insulto el que señalemos que la mayoría de los partidarios de Bitcoin buscan enriquecerse ‒sabemos que no ocurre lo mismo con el interés en otras monedas‒ se nos indica que desconocemos lo que es un sistema deflacionario. Sin embargo, se omite que en la descripción de por qué Bitcoin tiene «valor» señalamos que en parte se debe a su tendencia a la escasez, lo que en efecto lo hace una moneda deflacionaria, mientras se mantenga su expectativa de valor.

    ## Sobre «Un cementerio de tulipanes»

    Se menciona que comparar Bitcoin con la burbuja de tulipanes del S. XVII no es un argumento original, y tienen toda la razón, no pretendía serlo; pero luego Confoederatio indica que este es el argumento más común para criticar Bitcoin desde el «stablishment económico-financiero» y finalmente se incurre en una falacia un poco insólita. Señalan que «Es llamativo que activistas progresistas coincidan en este punto con referentes del stablishment con quien la comunidad de Bitcoin (y ellos mismos) antagonizan abiertamente». Omitiendo el errado epíteto «activistas progresistas», el dejar deslizar un argumento de asociación en el que tendríamos un vínculo con pensadores del llamado «stablishment» solo por usar un ejemplo común es una acusación infundada, falaz y, quizás, una mala voluntad política. La razón por la cual el caso histórico de la burbuja de tulipanes es tan utilizado es porque tiene elementos comunes con Bitcoin: son elementos inusuales en la historia para usar como dinero ‒flores y bits‒, funcionan más como expectativa de valor que como moneda de cambio, no son emitidos por instituciones convencionales y han mostrado alta volatilidad, en el caso de los tulipanes implicó la bancarrota de ese mercado en Holanda. Sería deseable poder discutir los argumentos mismos y no emplear apelaciones morales y falaces.

    Posteriormente se comenta nuestro señalamiento de que las criptomonedas están realizando el proyecto de Hayek, pensador neoliberal, donde además sostenemos que las iniciativas comunitarias, a menos que asuman esta contradicción, siguen contribuyendo a este desarrollo neoliberal. Aquí, nuevamente, Confoederatio omite el argumento central y solo se comenta el caso de FairCoop, donde se habría abandonado la PoW por un sistema cooperativo, lo que habría derivado en personalismo y en el fracaso del proyecto. Confoederatio aprovecha el punto no para posicionarse sobre el neoliberalismo, que era el asunto, sino para afirmar que este fracaso demuestra que los sistemas basados en validación técnicas eran preferibles a los basados en confianza, retomando el punto de la innovación del blockchain. Lo que comentamos sobre la cadena de bloques no es que realmente sea un sistema de exclusiva validación técnica, sino que eso es una falsa pretensión del desarrollo de blockchain porque requiere, de todos modos, terceros de confianza. El aparente fracaso de Faircoop no demuestra lo contrario a lo que afirmamos sobre la cadena de bloques, sino que quizás sugiere que los proyectos cooperativos en torno a criptomonedas tienden a fracasar; habría que analizarlo.

    ## Sobre propuesta de autonomía tecnológica

    Al abordar nuestra propuesta final, todo el argumento para vincular el dinero, la DST y el desarrollo capitalista, una vez más, es omitido, y se menciona que la propuesta de autonomía tecnológica es marxismo. La razón para esta afirmación sería haber citado a Adam Smith, la DST y luego el que mencionemos que la crítica a la DST está vinculada a pensadores como Marx y Kropotkin, lo que les da pie a armar, de nuevo, un falaz hombre de paja para criticar el marxismo, que al parecer, por lo que mencionan posteriormente, ellos identifican con el socialismo soviético ‒modelo al que nos oponemos‒, en vez de criticar directamente la propuesta. Es decir, Se nos atribuyó una posición solo por una referencias, lo que les permitió lisa y llanamente hablar sobre dicha posición, eludiendo la crítica a la propuesta misma.

    Si se considera en detalle, por ejemplo, la idea de tecnología convivencial de Iván Illich o de autogestión tecnológica de Murray Bookchin son congruentes con una propuesta de un horizonte de autonomía tecnológica; de hecho la idea de Bookchin es elaborada explícitamente contra la industrialización soviética. Si empezamos mencionando a Smith es porque nos interesaba partir de un antecedente liberal (que es el marco político que criticamos en el texto) para vincular el dinero con un aspecto productivo de la sociedad: la DST. Y a su vez, si criticamos la DST y lo vinculamos con pensadores como Marx o Kropotkin es para poder formular una propuesta que sea común a una izquierda radical posible, a la cual nos interesa contribuir con la idea de elaborar un proyecto común por sobre disputas doctrinarias que no conducen a nada. Ese es todo el misterio del argumento, lo que se podía hacer es criticar este argumento si no estaban de acuerdo y decir por qué el poder sí reside en el dinero en vez de la DST. ¿Era necesaria una nueva falacia de asociación para luego emplear otra falacia, la de hombre paja?

    Finalmente, de modo abrupto, la respuesta de Confoederatio menciona que nuestro texto no tiene nada más; no se profundiza en las características de la autonomía tecnológica que señalamos. Menciona en un momento que el monopolio de las armas y el dinero es un impedimento para la autonomía tecnológica; efectivamente, al final del texto mencionamos que el problema no es técnico sino que recae en la necesidad de construir una voluntad política que reúna la fuerza y destreza para enfrentar al capital y la tecnocracia. También se menciona brevemente como objeción que «el sector financiero absorbe las riquezas del sector productivo», lo que en realidad es discutible, como muestra la crisis climática y ambiental, donde la escasez de riqueza energética no es reemplazable por la aparente riqueza financiera. Y bueno, claro está que no es culpa de la autonomía tecnológica el derrumbe de la URSS.

    La respuesta finaliza señalando que algunos puntos de nuestro texto están flojos ‒tal vez tenga algo que ver el haberlos omitido‒ y se reitera una crítica general al querer enfocarnos en el aspecto productivo de la sociedad, por sobre la distribución y el consumo, como si las condiciones de distribución y consumo no se produjeran históricamente.

    ## La gran omisión

    Podríamos seguir enfatizando la sorpresa que tuvimos al encontrar falacias de asociación, que son tan cuestionables como si en esta réplica asociáramos a Confoederatio con la naturalización de las jerarquías sociales por usar como referencia un video en el que uno de los interlocutores es el conocido conservador Jordan Peterson. Sin embargo, lo más relevante de la respuesta es la gran omisión de la principal crítica que hacemos de la realidad de las criptomonedas: el hacer real el proyecto neoliberal de Friedrich Hayek. ¿Por qué no pronunciarse al respecto? Si se trata de elaborar una postura anticapitalista desde las criptodivisas, sería necesario distanciarse de algún modo de la idea ultraliberal de Hayek con la que converge de modo directo, que es el centro de nuestra crítica política. Quizás esta omisión guarde relación con el desestimar la acumulación de capital y la tendencia a la concentración de la capacidad de validación en el argumento sobre la concentración, así como también el considerar, sin más, el mercado como una institución inherentemente descentralizada; es decir, a no preocuparse por las condiciones que hacen capitalista a los mercados. Este tipo de omisiones no hacen sino confirmar, a menos que haya una posición al respecto, el que las criptomonedas son el nuevo momento del neoliberalismo y que las iniciativas que intentan ser anticapitalistas en este ámbito no logran salir de este sueño liberal con monedas eléctricas.

    De cualquier modo, los proyectos cooperativos que intentan construir descentralización desde las criptomonedas aún pueden llegar a mostrar que se tratan de iniciativas viables y transformadoras, solo la historia podrá señalarlo, pero sin lugar a dudas eso solo será practicable si, por lo menos, logran distinguirse de la convergencia casi exacta con el neoliberalismo y el anarcocapitalismo.

  2. Gracias por su comentario y disculpen por nuestra demora en aprobarlo. Su respuesta nos motivó a extender este artículo para cubrir muchos más aspectos. Nos parece que este debate es muy fructífero y gratificante.

    Saludos.

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